Checo Pérez está viviendo una situación muy extraña para él en Red Bull. En tres carreras sólo ha conseguido cuatro puntos, algo increíble para un subcampeón del mundo que además pilota un Red Bull. Entre la mala suerte y también las malas decisiones tanto del piloto como del equipo, el mexicano ha bajado a la quinta posición en la clasificación del Mundial de pilotos. Tiene por delante a Verstappen, Leclerc, Norris y Carlos Sainz, dejándo en una situación muy delicada a Sergio, aunque con tiempo suficiente para revertir la situación.
El año pasado Checo llegó a estar tres carreras en las que sólo consiguió cinco puntos, pero reaccionó en su cuarta aparición y, además, ya estaba con los deberes casi hechos para conseguir el subcampeonato del mundo.
Este año todo es distinto. Estar dos carreras sin puntuar y lograr cuatro puntos en una tercera a estas alturas es un problema gravísimo tanto para Checo como para Red Bull. Incluso para Verstappen, ya que también peligra el campeonato de constructores.
Sergio Pérez llega a Barcelona con la necesidad de cambiar el rumbo de las últimas carreras, tanto en la calificación como en la carrera o puede encadenar su peor racha desde que llegó a Red Bull. Además todo le ha sucedido cuando se acaba de anunciar su renovación, por lo que el piloto es consciente de que la única manera de acallar las críticas es volver a pelear con los mejores. Su único objetivo en España es voltear esta terrible situación que ha vivido en las últimas carreras.
El objetivo, ayudar a Verstappen
Checo sabe que ahora ya no pelea por ser campeón del mundo, que a Verstappen lo tiene muy lejos, pero también que Red Bull espera una buena versión del mexicano para ayudar al holandés en la lucha con los Ferrari y los McLaren. Eso es lo que ya espera su equipo de él y que no pudo conseguir en las tres últimas carreras. Ser campeón es una utopía, pero trabajar para que Verstappen lo sea sí es una opción.