Si has dejado atrás un resfriado, gripe, RSV o COVID pero aún no puedes deshacerte de esa molesta tos, no estás solo. Aunque el cuerpo haya eliminado el virus, esta persistente molestia puede prolongarse por semanas.
La tos que no desaparece
Michael Shiloh, especialista en enfermedades infecciosas del UT Southwestern Medical Center, comenta que es común atender pacientes con tos persistente incluso ocho semanas después de haberse enfermado. “Ya no encontramos rastros del virus, pero siguen tosiendo”, explica.
La tos es un reflejo natural diseñado para proteger nuestras vías respiratorias de irritantes como humo, líquidos o restos de comida. Este reflejo es activado por nervios en las vías respiratorias que reaccionan a estímulos como aire frío o sustancias picantes, explica Lorcan McGarvey, investigador de la Queen’s University Belfast.
Un estudio de 2016 descubrió que infecciones similares a la gripe generan copias adicionales de una proteína receptora llamada TRPV1 en los nervios de las vías respiratorias, lo que aumenta su reactividad. Este fenómeno también ha sido observado en estudios con cobayas, que comparten similitudes con los humanos en el reflejo de la tos.
¿Cuándo consultar al médico?
Aunque la tos postinfecciosa suele desaparecer en dos o tres semanas,expertos como Shiloh y McGarvey recomiendan acudir al médico si persiste más de ocho semanas o si se acompaña de síntomas como fiebre, dificultad para respirar, sangre en el esputo o pérdida de peso.
Información tomada de El Imparcial