Con cohetes, aviones, globos, grabaciones de sonido u observaciones de comportamientos, el eclipse total de Sol que se podrá ver en América del Norte el lunes 8 de abril será seguido con un nivel de detalle sin precedentes.
Si bien cada 18 meses se produce un eclipse total de Sol en algún lugar de la Tierra, el de este año es particularmente especial debido a la gran extensión de territorio poblado que atravesará, lo que permitirá que unas 31 millones de personas puedan contemplarlo.
Desde la ciudad mexicana de Mazatlán, en la costa del Pacífico, hasta la costa oriental canadiense de Terranova, la Luna bloqueará perfectamente al Sol y proyectará su sombra sobre el suelo, convirtiendo el día en casi una noche.
Este fenómeno que produce tanta fascinación entre las personas también es una valiosa fuente de información para los científicos, que están preparando numerosos experimentos para observar un eclipse único en sus características ya que doblará en tiempo y tendrá una trayectoria mucho más amplia que el que ocurrió en 2017 .
La reacción de la vida animal
Adam Hartstone-Rose, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, lidera un proyecto para estudiar cómo reacciona la fauna ante el eclipse.
Ya en 2017 envió equipos de investigadores a distintos zoológicos situados en la trayectoria del eclipse total y pudo comprobar diferentes tipos de comportamiento.
Un grupo de gorilas, por ejemplo, se dirigió a cenar porque creyó que se había hecho de noche, las jirafas empezaron a galopar y un grupo de tortugas de las Galápagos se volvieron más activas hasta que “justo en el punto álgido de la totalidad, empezaron a aparearse”.
“Es algo que no podemos explicar y quizás fue algo puntual”, reconoció Hartstone-Rose. “Esta vez observaremos más tortugas”, agregó.
Además de su investigación, Hartstone-Rose está pidiendo al público en general que realicen sus propios estudios de comportamiento animal, ya sea observando mascotas o animales salvajes cercanos, y que suban sus observaciones a Internet.
Proyecto de paisajes sonoros
Otro estudio que se enfocará en el comportamiento de animales es el que lidera Trae Winter en el Laboratorio de Investigación Avanzada en Inclusión y Accesibilidad al Vapor (Arisa) de Massachusetts.
Bajo su responsabilidad estará el Eclipse Soundscapes project de la NASA, que utilizará pequeños dispositivos del tamaño de un teléfono equipados con micrófonos, llamados AudioMoths, para escuchar los sonidos de los animales cercanos.
Cientos de voluntarios colocarán los dispositivos a lo largo de la trayectoria donde el eclipse alcanzará su totalidad, lo que permitirá a Winter y a su equipo escuchar cómo reaccionan los distintos animales tanto a la disminución de la luz durante la totalidad como al descenso asociado de la temperatura de unos 5,5 °C.
«Se trata de una experiencia multisensorial», dijo Winter, quien explicó que el estudio observará diversos tipos de animales, desde grillos hasta seres humanos.
«Estoy deseando escuchar a muchos humanos que experimentan un eclipse por primera vez y los sonidos de excitación que emiten», dice Winter.
Perturbaciones atmosféricas en la trayectoria del eclipse
No todos los que estudian el eclipse podrán presenciarlo. Cuando la Luna cruce el Sol, Aroh Barjatya, de la Embry Riddle Aeronautical University de Florida, estará a cientos de kilómetros de los lugares donde se apreciará en su totalidad, en las instalaciones del Wallops Flight de la NASA, en Virgina.
Allí estará a cargo de un experimento único que consiste en lanzar tres cohetes de sondeo a una altitud de 420km antes, durante y después del eclipse para observar los posibles cambios en la atmósfera, y más específicamente en la ionosfera.
Las fluctuaciones de la ionosfera fuera de un eclipse pueden afectar a las comunicaciones por satélite, por lo que un eclipse ofrece una rara oportunidad de estudiar estos cambios con mayor detalle.
Proyecto de megapelícula del Eclipse
No es de extrañar que en una época de teléfonos inteligentes y dispositivos digitales el eclipse de 2024 se convierta en uno de los acontecimientos más fotografiados de la historia.
Y para aprovechar ese esfuerzo es que Laura Peticolas, de la Universidad Estatal de Sonoma (California), le está pidiendo a todos los que quieran participar en su proyecto Eclipse Megamovie, que pretende reunir cientos de imágenes en una sola película sobre la totalidad de este fenómeno natural.
Peticolas llevó a cabo el mismo proyecto en 2017, pero observó que «no fue tan bonito como imaginábamos en nuestras mentes» debido a la falta de imágenes.
La esperanza es contar con más imágenes para conseguir un producto mucho más pulido que pueda revelar características de la corona solar, como las eyecciones de plasma caliente en forma de chorro que se disparen alrededor de la Luna, y ver su evolución a medida que diferentes personas tomen imágenes a lo largo de la trayectoria.
Se espera que este año debería sea particularmente especial porque el Sol se dirige hacia su periodo de máxima actividad, llamado máximo solar, que tiene lugar en un ciclo de 11 años por razones que aún no se comprenden del todo.
«Espero que unos 500 voluntarios suban sus imágenes», dijo Peticolas.
Estudio de la corona solar desde los aviones WB-57 de la NASA
Para muchas personas en tierra, el tiempo puede ser un factor crucial a la hora de ver la totalidad del eclipse o no, ya que la nubosidad siempre amenaza con estropear la visión del Sol.
Una forma de evitarlo es estar más arriba que las nubes, como hará la NASA, que surcará el cielo con dos de sus aviones WB-57.
Volando a 15 km de altura, los aviones seguirán la trayectoria de la totalidad frente a la costa de México, experimentando unos siete minutos de oscuridad, e irán equipados con instrumentos para estudiar el Sol.
Al frente de uno de los experimentos está Amir Caspi, del Southwest Research Institute de Colorado, que utilizará una cámara de rayos infrarrojos a bordo de uno de los aviones para estudiar la corona solar.
Uno de los principales misterios de la corona es que alcanza millones de grados de temperatura, en comparación con los 5.000 °C de la superficie del Sol, por razones que no pueden explicarse del todo.
Caspi cree que puede haber una relación entre las eyecciones de plasma del Sol, llamadas prominencias, y la corona misma. Estas prominencias son de hasta 30.000 °C, mucho más frías que la corona, pero pueden emitir con la misma intensidad en el infrarrojo.
«Estamos tratando de responder a qué contribuye esta emisión», dice Caspi. Una respuesta podría estar en cómo se retuercen y giran los campos magnéticos sobre la superficie del Sol.
Globos para el Eclipse
Si los cohetes y los aviones no son suficientes, Angela Des Jardins, de la Universidad Estatal de Montana, dirigirá 53 equipos de estudiantes de todo Estados Unidos que enviarán unos 600 globos a la atmósfera como parte del Proyecto Nacional de Globos para el Eclipse.
Los globos, que alcanzarán los 35 km de altura, utilizarán instrumentos para observar cómo reaccionan la atmósfera y el clima de la Tierra a las condiciones cambiantes del eclipse.
Algunos de los instrumentos estudiarán las ondas gravitacionales, mientras que otros medirán la humedad, la dirección y la velocidad del viento para controlar cualquier cambio provocado por el eclipse.
«Tener 600 globos volando y midiendo la atmósfera es una fuente de datos maravillosamente rica», dice Des Jardins.
Algunos globos también incorporarán cámaras a bordo para transmitir el eclipse en directo.
Con información de BBC