Dice un dicho que si el cambio climático fuera un tiburón, sus dientes serían la escasez de agua. Y en México, cada vez duele más. De acuerdo con Jairo Trad, CEO y cofundador de Kilimo, una Climate Tech latinoamericana, “los problemas de crisis de agua son exponenciales”, pero la tecnología es lo único que tiene la velocidad suficiente para evitar un problema mayor. La tecnología climática tiene como objetivo incorporar todo el abanico de tecnologías e innovaciones destinadas a reducir los estragos del cambio climático. Y en cuanto al agua, hay mucho que aún se puede hacer.
“En México es un caso extremo de desigualdad”, explica Trad, pues mientras hay numerosas empresas muy preocupadas por el ahorro de agua, hay otras que no tienen la misma conciencia. Y el principal sector que se debe resolver es el agrícola, pues de acuerdo con la fundación Aquae,Tecnología para el cuidado del agua Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), las innovaciones en sistemas de riego tienen el potencial de optimizar el consumo de agua hasta 70%.
“Esta eficiencia resulta crucial por el papel fundamental que desempeña la agricultura en la seguridad alimentaria a nivel global”, afirma Jairo. Junto con el monitoreo de riego y la agricultura regenerativa, la conversión de riego puede marcar una diferencia significativa en cómo usamos el agua.
Los sistemas de riego inteligente utilizan sensores para medir la humedad del suelo y la temperatura, y ajustar automáticamente la cantidad de agua que se aplica en función de las necesidades de los cultivos.
Esto permite una distribución uniforme del agua y una mayor eficiencia en su uso. Los sistemas para la detección de fugas también son importantes, pues el monitoreo puede utilizar sensores para detectar la presencia de fugas y alertar al personal de mantenimiento para realizar las reparaciones necesarias de manera oportuna.
Entre otras tecnologías, la Inteligencia Artificial (IA) también puede ser una aliada para cuidar el agua, pues permite analizar grandes cantidades de datos sobre su uso, las condiciones climáticas, identificar patrones y tendencias en el consumo de agua, así como tomar decisiones informadas sobre su gestión.
Trad enfatizó en que la educación para los agricultores para cuidar el agua.”Nos piden objetivos volumétricos para restaurar millones de metros cúbicos. Vamos al territorio, educamos, y en algunos casos los enseñamos a tener riego de precisión para que rieguen mejor y más”. ¿Qué tan cerca estamos del día cero?
El término ‘Día Cero’ se está volviendo cada vez más familiar para los habitantes de la Ciudad de México. Este día marca el momento en que el suministro libre de agua se agota y comienza su racionamiento. Aunque todavía no se ha alcanzado ese punto crítico, ya que la posibilidad de reabastecer el sistema Cutzamala, que abastece de agua a la Ciudad de México, aún existe si llueve lo suficiente, es imperativo tomar medidas urgentes.
Esto es especialmente crucial dado que el nivel de agua en el sistema está actualmente en un alarmante 36.2%, el más bajo registrado en su historia, según datos de la Conagua. Pero en México esta ya es una realidad de numerosas comunidades.
Desde Monterrey hasta colonias como Iztapalapa, en la Ciudad de México, las personas se tienen que abastecer con pipas. “Ese día va a llegar, pero van a seguir llegando y la crisis va a seguir estando. La situación va a empeorar”, dice Trad.
De acuerdo con él, son tres las principales reflexiones que hace para reducir estos estragos de agua. La primera es reconocer el verdadero valor del agua y entender que, aunque en México escasea mucho, el precio de este insumo no es el precio real, por lo que se debería de cobrar su verdadero costo.
Sin embargo, esto también podría causar más desigualdad, pues solo aquellos que la puedan pagar tendrán acceso a ella y no necesariamente implica una regulación en su consumo. La segunda es dejar de buscar culpables.
“Los problemas de agua se solucionan colectivamente y es difícil construir colectivamente si estamos echando culpas”, por lo que se necesita la colaboración tanto de gobiernos como empresas y personas para reducir estos daños.
Y la tercera son acciones de remediación acelerada como inversiones en acueductos y reparación de tuberías, para que los momentos de sequía no sean tan graves.