Un estadounidense acusado de clonar un argalí (carnero de Marco Polo) para operaciones de caza en cautiverio en los estados Texas y Minnesota fue sentenciado este lunes a seis meses de prisión, informa el Departamento de Justicia de EE.UU. (DOJ, por sus siglas en inglés).
Arthur Schubarth, de 81 años, fue imputado de dos delitos graves contra la vida silvestre por crear «híbridos de ovejas gigantes» con fines comerciales. Además de la pena en prisión, recibió una multa de 20.000 dólares y se le ordenó hacer un pago de 4.000 dólares a la Fundación de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU. «Tendré que trabajar el resto de mi vida para reparar todo lo que he hecho», dijo al juez antes de recibir sentencia, recoge AP.
Según los documentos judiciales, en 2013, Schubarth introdujo ilegalmente en EE.UU. «sin declarar la importación» tejido biológico de un carnero de Marco Polo (‘Ovis ammon polii’) que obtuvo en Kirguistán. Luego envió el material genético a un laboratorio para crear embriones clonados que implantó en ovejas de su rancho. Obtuvo como resultado un «único argalí de Marco Polo macho de genética pura al que llamó ‘Montana Mountain King’ o MMK», detalla el DOJ.
El acusado trabajó con otros cómplices para utilizar el semen de ese ejemplar y fecundar artificialmente a otras especies de ovejas (todas ellas prohibidas en Montana) y crear animales híbridos. Según las autoridades, su objetivo era «crear una especie de carnero más grande y valioso para venderlo a instalaciones de caza en cautiverio, principalmente en Texas». El valor total de los animales era superior a 250.000 dólares e inferior a 550.000, según los fiscales.
Schubarth y sus cómplices falsificaron certificados de inspección veterinaria afirmando que se trataba de especies legalmente permitidas y, en ocasiones, vendieron semen de MMK directamente a criadores de ovejas en otros estados. Sarah Brown, abogada del DOJ, aseguró que su operación de cría ilegal era generalizada, involucraba a otros estados y puso en peligro la salud de otros animales salvajes.
«No solo violaron múltiples leyes diseñadas para proteger la fauna silvestre, sino que también pusieron en riesgo la introducción de enfermedades y comprometieron la integridad genética de nuestras poblaciones de ovejas salvajes», señaló Edward Grace del Servicio de Pesca y Vida Silvestre.
Entretanto, el abogado de Schubarth, Jason Holden, dijo que la operación de cría había arruinado la «vida, la reputación y la familia» de su cliente. «Busqué cualquier zona gris en la ley para conseguir las mejores ovejas posibles para esta industria ovina. Mi familia nunca ha estado en la ruina, pero ahora sí», lamentó Schubarth.