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Por primera vez, China ha superado a Europa como desarrollador de nuevos principios activos; es decir, como creador de nuevos medicamentos. Los datos de 2023 confirmen el ‘sorpasso’. Y, si todo sigue como hasta ahora, es cuestión de tiempo que desbanque a EEUU como líder mundial.

Y, aunque evidentemente tendremos que ver la tendencia de los próximos años, no es algo anecdótico. El farmacéutico es uno de los sectores más complejos del mundo tanto por su nivel de inversión como por procedimientos técnicos y callejones sin salida. Esto no es un golpe de suerte, es un cambio de ciclo.

Una Europa con el pie cambiado. “Cuando llegó la pandemia nos dimos cuenta de que en Europa no se fabricaba ni un solo gramo de Paracetamol», lleva explicando años Josep Borrell, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Sin embargo, siempre habíamos pensado que era un problema de externalización productiva.

Pero no lo era. Históricamente, Europa ha sido la gran superpotencia farmacéutica mundial. En la década que va entre 1995 y 2005, EEUU realizó una fortísima apuesta biomédica y adelantó al viejo continente. Los años de después solo han confirmado ese dominio estadounidense.

En 2023, según ‘The Pharmaceutical Industry in Figures‘ de las 90 moléculas nuevas, 28 eran norteamericanas frente a las 17 de origen europeo. De todas formas, el dato relevante es otro: que China ha puesto 25 encima de la mesa.

Y eso no quiere decir que el sector sea pequeño en Europa. Como explica Nieves Salinas en EPE, no sólo invierte 50.000 millones de euros en I+D y da empleo a 900.000 personas, sino que las exportaciones se cifran en 680.000 millones al año.

Lo que quiere decir es que el mundo del desarrollo de principios activos es cada vez más dinámico y eso está provocando una «migración gradual de las actividades de investigación y desarrollo de medicamentos desde Europa a nuevas áreas de expansión» como Brasil, China, Corea e India.

¿Los motivos? Según la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia), hay tres grandes problemas que están provocando que Europa se queda atrás: los crecientes «obstáculos regulatorios», el aumento de los costes de la I+D y «el impacto de medidas de austeridad fiscal introducidas por la mayoría de gobiernos europeos desde 2010».

Desde 2010, de hecho, el peso del I+D europeo ha caído un 5% en el conjunto del mundo y, si las tendencias se consolidan, caerá mucho más. No obstante, los factores son complejos: China, sin ir más lejos, no ha superado a Europa en el porcentaje del I+D global y sus resultados son mejores.

El papel de Europa en el conjunto del futuro. Las últimas polémicas en torno a la inteligencia artificial (y la decisión de muchas empresas de no sacar sus herramientas en Europa) han puesto la cuestión en el candelero, pero el problema se repite en todos los sectores. Y, entre ellos, el farmacéutico.

Durante años, Europa ha confiado en su capacidad para regular el mundo, pero a medida que el mundo crece su capacidad se ve afectada. Este quizás sea uno de las grandes decisiones de los europeos de la próxima década: ser conscientes de que si quieren mantener sus estándares, deben poner mucha más carne en el asador.

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