En 2014, Mikael Lindnord sólo tenía en mente una cosa: convertirse en el campeón mundial de la Adventure Racing World Series en Ecuador, pero jamás pensó que en su viaje —y lo que consideraba su última oportunidad para ganar este reconocimiento— su vida cambiaría gracias a un perrito callejero.
Tras compartir con el lomito unas albóndigas al encontrarlo en su camino por la ruta que debía hacer para la carrera, el lomito, al que nombró Arthur, lo acompañó por toda la travesía, convirtiéndose en una inspiración y una forma diferente para el atleta sueco de ver la vida.
Para ser honesto, veo mi propia vida y no tuve ningún perro ni gato antes de Arthur, yo sólo pensaba en correr y en competir, así fue mi vida por casi 20 años y por eso no estaba buscando un perro en adopción ni nada por el estilo. Cuando viajo a Ecuador para el campeonato mundial, hace ya casi 10 años, iba para ser campeón del mundo o estar en el podio, ése era el objetivo, la carrera… luego conozco a Arthur, y entonces todo cambió.
Corrí durante casi 20 años y había estado en América del Sur, América del Norte, Europa, África, China, y en todas partes había estado rodeado de gatos, perros y otros animales, y nunca les di comida, pero Arthur nos seguía, le presté tal vez 10 segundos de atención y le di algunas albóndigas mientras estaba allí comiendo y nos apresurábamos a pasar a la siguiente etapa. Nos fue siguiendo horas y días, y luego comenzamos a remar y él saltaba al agua, no podía simplemente dejarlo”, compartió Lindnord en entrevista desde Suecia con Excélsior.
Información tomada de Excélsior