En la comunidad científica, hay biólogos y veterinarios que sostienen que los gatos son un peligro para la biodiversidad, pues su instinto cazador natural puede tener consecuencias significativas para la fauna silvestre, especialmente en ciertos entornos.
Animales pequeños como aves, roedores, reptiles y anfibios pueden verse afectados, pues los michis pueden reducir las poblaciones de estas especies, especialmente en áreas con alta densidad de callejeros o en islas donde la fauna es endémica y más vulnerable.
Además, en ecosistemas insulares o en áreas con poca diversidad de especies, la introducción de gatos puede tener un impacto desproporcionado, ya que las especies nativas pueden no estar adaptadas para defenderse de estos depredadores.
Los gatos son un peligro para la biodiversidad, pues podrían portar enfermedades que se transmiten a la fauna silvestre, lo que puede contribuir a la disminución de las poblaciones de ciertas especies.
Información de uno TV