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La Paz. La cancillería boliviana anunció este lunes el retiro de su embajador en Buenos Aires, en protesta por una declaración por escrito del presidente argentino Javier Milei, en la que calificó como una “falsa denuncia” el fallido golpe de Estado contra el mandatario, Luis Arce.

“Se convocó en consulta a nuestro embajador del Estado Plurinacional de Bolivia en Argentina, Ramiro Tapia, para que se haga presente en la sede de gobierno”, anunció la ministra y portavoz de la presidencia, María Nela Prada.

También el ex gobernante Evo Morales, en sus redes sociales, le contestó a Milei.

«Condenamos de la manera más enérgica las declaraciones de intromisión e injerencia del presidente de Argentina, Javier Milei, los asuntos de los bolivianos serán resueltos por los bolivianos”, manifestó desde su cuenta en X.

«No permitiremos que voces que solamente tienen como objetivo destruir a los movimientos populares de la región tengan algo que decir sobre nuestros asuntos. Por más diferencias que tengamos con el actual gobierno, no perdemos de vista que Milei es un enemigo de los pueblos. ¡Bolivia se respeta!”, agregó el también jefe del Movimiento al Socialismo (MAS).

Curiosamente, el ex mandatario boliviano también ha emitido declaraciones poniendo en duda la versión oficial de los acontecimientos y avalando la idea de un “autogolpe” autorizado por Arce, según acusó el general Juan José Zúñiga, ex jefe del ejército y cabecilla del alzamiento junto a los también ahora ex comandantes de la Armada, vicealmirante Juan Arnez, y de la Aviación, general Marcelo Zegarra.

Al atardecer del lunes, varias decenas de personas llegaron hasta la embajada argentina en La Paz, en cuyos muros colgaron letreros con leyendas como “Bolivia se respeta, caramba”, “Bolivia soberana, que se retracte Milei”, anunciando que mantendrán una vigilia a la espera de que el embajador bonaerense en La Paz sea expulsado.

Muy de mañana, la cancillería de Bolivia emitió un comunicado repudiando “enérgicamente las inamistosas y temerarias declaraciones vertidas por la Oficina del Presidente de la República Argentina”, en relación a los sucesos del miércoles 26, a medida tarde, centenares de soldados a bordo de tanquetas y camiones militares, llegaron hasta el Palacio Quemado, sede del gobierno, al cual intentaron ingresar a la fuerza para derribar al presidente Luis Arce.

El gobierno boliviano dijo que “la convivencia pacífica y la hermandad entre nuestros pueblos, nunca debe ser perturbada por intereses mezquinos e ideologías fascistas”, en lo que pareció una alusión directa a las opiniones extremistas y descalificadoras que suele emitir el gobernante argentino.

Según Milei, la movilización de tropas fue «confirmada como fraudulenta en el día de la fecha» por reportes de la inteligencia argentina, y que “el relato difundido era poco creíble y los argumentos no encajaban con el contexto socio político del país latinoamericano», agregando que «el partido político gobernante controla el Poder Legislativo, el Poder Judicial, el Poder Ejecutivo y las Fuerzas Armadas».

La Cancillería boliviana afirmó lamentar “que intereses políticos internos y externos, que ya participaron activamente en 2019 en la ruptura del orden constitucional, incluso a través del envío de municiones, una vez más intenten amenazar la estabilidad y la institucionalidad del Estado Plurinacional boliviano”.

En 2019, cuando una revuelta popular siguió a la dimisión, tras haber sido comninado a hacrelo por la cúpula militar, y salida del país del entonces mandatario Evo Morales, Argentina, entonces gobernada por Mauricio Macri, envió equipamiento militar que fue utilizado por el ejército y la policía boliviana, en la represión de las manifestaciones con saldo de unos 40 muertos.

«Las desinformadas y tendenciosas aseveraciones, sobre una posible existencia de presos políticos, o la posibilidad de inexistencia de un golpe de Estado militar fallido, constituyen un exceso y un negacionismo inaceptable, ante lo que invitamos a informarse y actuar en el marco de los principios de respeto a la soberanía y no intervención en asuntos internos de otros estados, de conformidad a la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional”, continuó la Cancillería.

«La convivencia pacífica y la hermandad entre nuestros pueblos, nunca debe ser perturbada por intereses mezquinos e ideologías fascistas. La amistad boliviana-argentina es histórica, por lo cual agradecemos las miles de voces desde Argentina condenando el golpe de Estado militar fallido en Bolivia, así como expresando su solidaridad y apoyo al Gobierno boliviano”, remató.

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