Corea del Norte al fin ha logrado desatar las iras en Seúl con uno de sus lanzamientos. Aunque, ironías de la política, como señalaba hace poco la cadena ABC News el lanzamiento en cuestión poco tiene que ver con misiles nucleares, satélites espía, drones ni ningún otro armamento. Lo que ha lanzado Kim Jong-un para regocijo de TikTok y cabreo de las autoridades surcoreanas es un hitazo, una canción de un par de minutos que ha triunfado con la peculiar mezcla de colores saturados de su videoclip, su pompa orquestal, sus coros y sobre todo su lírica, plagada de versos que harían asentir con agrado al mejor publicista político.
Su título es toda una declaración de intenciones: ‘Friendly Father’.
Y en Seúl, claro está, ya han decidido prohibirla.
‘Friendly Father’. Podrán convencer más o menos su ritmo pegadizo, sus coros, su letra y la peculiar combinación de colores y coreografías de su videoclip, pero si algo hay que reconocerle a ‘Friendly Father’ es que va de frente. La canción dura solo un par de minutos, pero está plagada de versos que glorifican al líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, a quien presenta efectivamente como un «padre amigo».
No es el único guiño que le lanza. A lo largo de la canción se insiste en que es un «padre» y un «gran líder». Incluso se refiere a él como «el Grande”, un vocabulario que recuerda al empleado en su día con su abuelo, el «líder supremo» Kim Il Sung, fundador de Corea del Norte. Y por si todo eso fuera poco la canción insiste una y otra vez en celebrar al actual dirigente de la República Popular: «Cantemos, Kim Jong-un, el gran líder. Presumamos de Kim Jong-un, un padre amigable».
En el bus, la fábrica, en un tanque… ‘Friendly Father’ no es una rareza. La BBC recuerda que en realidad es la última de una serie de canciones de tono pop que la maquinaria propagandística norcoreana ha alumbrado durante las últimas décadas. Si esta ha destacado de forma especial, sobre todo en redes, y ha llegado incluso a las páginas de medios del calibre de The Guardian o The Telegraph, es por su ritmo pegadizo, una letra que podría clasificarse en la mejor tradición del género panegírico y, por supuesto, también por su curiosísimo videoclip.
La grabación muestra a norcoreanos de todas las edades y en diferentes contextos cantando entregados a Kim Jong-un: hay medallistas, niños, obreros, enfermeras, ancianas, soldadas, marines, pilotos… Hay quien canta encaramado a un tanque, desde un avión de combate o de pasajeros, un quirófano, el bus, enfundado en un EPI en el interior de una ambulancia, en la calle o en un auditorio con músicos. Todo esto trufado de imágenes en las que, por supuesto, puede verse al líder norcoreano. Abundan los coros. El tono épico. Banderas y manos al pecho.
De Pyongyang a TikTok. La canción no solo se distribuyó en una grabación. Los norcoreanos la pudieron disfrutar en vivo, durante una ceremonia para celebrar la inauguración de un nuevo polo residencial con 10.000 apartamentos situado en Pyongyang. Partes de la actuación acabaron emitiéndola por la cadena estatal.
Sorprendentemente (o no), si hay un espacio en el que se ha vuelto popular es en TikTok, donde se ha compartido la grabación desde diferentes cuentas, con miles de mensajes y versiones subtituladas. Incluso hay influencers que se han lanzado a hablar de su mensaje, como Jihwan Park, un creador de contenido surcoreano que vive en Canadá. Park reconoce que el tema es «pegadizo y divertido», pero recuerda que parte de una nación que no lo es: «Aún hay mucha gente inocente muriendo».
¿Involuntario… o bien calculado? Su tono, mensaje y puesta en escena ha llevado a algunos analistas a plantearse la gran pregunta: Más allá del evidente fin propagandístico de ‘Friendly Father’, ¿con qué intención lo ha lanzado Pyongyang? ¿Son deliberados su tono y escenificación? ¿Ha logrado la maquinaria publicitaria de Kim Jong-un justo lo que buscaba? «Creo que la gente no se está dando cuenta de la auténtica naturaleza de la estrategia que se esconde tras la creación y difusión de un vídeo así», explica a la cadena ABC News la doctora Emma Briant, de la Universidad Monash, experta en propaganda y guerra de información.
En su opinión ‘Friendly Father’ está diseñada a propósito para «la distribución masiva» y hay motivos para dudar de que su colorido y áurea casi soviética parta de unos publicistas ingenuos o que no supieran prever las reacciones que generaría el vídeo en Occidente. «Creo que fue creado deliberadamente para ser humorístico», reflexiona. El objetivo: suavizar la figura de Kim Jong-un, presentarlo con un aura divertida y trabajar en «una reputación más positiva en todo el mundo», algo que puede ayudarle tanto en su control regional como influencia internacional.
El veto de Corea del Sur. Esté o no en lo cierto, en Seúl ya han dejado claro que no quieren saber nada de la canción. El KCSC, su comisión sobre comunicaciones, ha emitido un comunicado en el que anuncia que prohibirá la melodía y bloqueará 29 versiones, aunque sin entrar en detalles sobre cómo lo haría. El organismo ha decidido dar el paso a petición del Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur y tras considerar que la canción viola la Ley de Seguridad Nacional del país, que ya restringe el acceso a webs y medios controlados por Pyongyang.
«El vídeo es un contenido típico vinculado a la guerra psicológica contra Corea del Sur, ya que se publicó en un canal para conectar con el mundo exterior y se centra sobre todo en idolatrar y glorificar de forma unilateral a Kim», explica el regulador surcoreano antes de subrayar que la pieza se dedica a «idolatrar, alabar y glorificar» a Kim. El veto llega en cualquier caso después de que muchos surcoreanos hayan visto ya el vídeo, lanzado el mes pasado. Ellos mismos han dejado comentarios, en ocasiones en tono jocoso, pidiendo a las autoridades que dejen accesible el vídeo.