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El ganador más inesperado de la primera gran batalla por la IA es también al que dábamos por muerto: Meta

El ganador más inesperado de la primera gran batalla por la IA es también al que dábamos por muerto: Meta

Mark Zuckerberg estaba en modo cabezón. No paraba de apostar por el metaverso mientras el mundo parecía decirle a gritos que se dejara de historias. Lo que Meta había mostrado hasta el momento no tenía mucho que ver con lo que había prometido el fundador de Facebook. Era más bien una mala copia de Wii Sports.

Pero Zuckerberg seguía emperrado y gastando un dineral en un proyecto que hasta hizo que Facebook ya no fuera Facebook, sino Meta. Los meses pasaban, y 2022 fue un año terrible para la empresa, que se veía aparentemente dentro de una espiral que podía llevarla al desastre.

Las cosas no mejoraron en noviembre de 2022, cuando OpenAI sacudió al mundo con el lanzamiento de ChatGPT. Google y Microsoft apostaron rápidamente por la IA generativa, pero a Zuckerberg aquello no parecía importarle. Era febrero de 2023 y Meta parecía haber perdido bastante el rumbo. Bueno, el rumbo y 13.700 millones de dólares.

Pero hace justo un año, en abril de 2023, hubo un punto de inflexión. En las reuniones con marcas que contrataban publicidad con sus plataformas, Meta dejó de mencionar el metaverso y centró la prioridad en productos como Reels. Por entonces incluso se hablaba tímidamente de algunos esfuerzos en inteligencia artificial. Las cosas empezaban a cambiar aunque Zuckerberg afirmaba que «seguimos muy comprometidos» con el metaverso.

Lo cierto es que a partir de entonces el metaverso empezó a quedar relegado a un segundo plano mientras la IA iba ganando más y más fuerza en Meta. La empresa presentaba un nuevo chip de IA en mayo de 2023, y a ese lanzamiento le siguieron otros como el del modelo LIMAMusicGen, o VoiceBox. Mientras, el máximo responsable de IA en Meta, Yann LeCun, afirmaba que la amenaza de la IA a la humanidad es «absurdamente ridícula«.

En julio de 2023 la cosa se animaba aún más. Meta presentaba Llama 2, un LLM que se podía descargar y usar en local y que detonó una avalancha de versiones derivadas de sus prestaciones. Por fin teníamos un rival visible de ChatGPT por parte de este gigante, que además se ponía a trabajar inmediatamente en la siguiente versión.

La firma dio otro paso importante más en su apuesta por la IA en septiembre, cuando presentó su propio chatbot, Meta AI, y comenzó a integrarlo en versión preliminar en Instagram, Messenger o WhatsApp. Siguió presentando nuevos modelos como Emu Edit y Emu Video y se autoconvirtió en adalid de la IA Open Source aunque en realidad Llama 2 no es del todo Open Source.

Por fin, recién estrenado 2024, Mark Zuckerberg se apuntaba de lleno a la tendencia. La prioridad de Meta no era el metaverso, nos dijo, sino crear una AGI. «Nuestra visión a largo plazo es desarrollar la inteligencia (artificial) general, abrirla al Open Source de forma responsable y hacerla ampliamente disponible para que todos puedan beneficiarse», explicaba entonces.

Y tras ello, más y más anuncios. Llegaron Code Llama 70B y sobre todo, hace apenas una semana, Llama 3. El nuevo LLM es más ambicioso y potente que nunca, y representa la confirmación absoluta de un giro radical para una empresa a quien el metaverso le ha salido muy caro y que ha cambiado de estrategia para alegría de sus inversores.

La apuesta por la IA le sale muy bien a Meta

De hecho, las cosas en Meta difícilmente pueden ir mejor ahora mismo. Esta semana la compañía presentó sus resultados financieros, y las cifras fueron espectaculares: 27% más de ingresos y 117% más de beneficios respecto al mismo periodo del año pasado. El cambio de apuesta a la IA le ha salido realmente bien a los de Zuckerberg.

Durante una conferencia con los inversores Zuckerberg indicó que aunque los resultados estaban siendo positivos, convenía ser cautelosos: «los primeros indicios también son bastante positivos», destacaba, «pero construir la IA líder también será un reto mayor que las otras experiencias que hemos añadido a nuestras aplicaciones, y es probable que esto lleve varios años…».

Aún así, las cosas marchan para la apuesta IA de Meta. Según su CEO, el asistente Meta AI ha sido ya probado por «decenas de millones de personas» desde que se habilitó de forma masiva coincidiendo con el anuncio de Llama 3.

El futuro se presenta por tanto especialmente halagüeño para una Meta que ha logrado dar un giro estratégico para centrar su discurso en la IA. Lo ha hecho además sin renunciar ni mucho menos al metaverso. De hecho esa otra apuesta de Meta vuelve a ganar enteros gracias a las Vision Pro, que han hecho que el interés por el segmento de la realidad mixta aumente.

Ahora Meta quiere no ser solo líder en IA, sino convertirse en el Windows de la realidad virtual. Conseguir ambos objetivos es un reto espectacular, sobre todo porque no está nada claro que ni una ni otra apuesta salgan bien. La IA es más prometedora pero la competencia es gigantesca, y mientras el éxito de la realidad mixta parece seguir estando lejos.

Y sin embargo, Meta ya no parece estar ni mucho menos acabada. Parecía estarlo hace un año. Hay que ver cómo cambia el cuento.

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