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Las pandillas que controlan gran parte de Puerto Príncipe asaltaron este miércoles la Biblioteca Nacional de Haití, según informó su director general a la Afp, en un nuevo episodio de violencia en el país caribeño que espera el nombramiento de sus autoridades de transición.

«Me han informado que los delincuentes se están llevando los muebles de la institución y que han destrozado el generador del edificio», confirmó Dangelo Néard sobre la biblioteca situada en el centro de la capital.

«Nuestros fondos documentales están en peligro. Tenemos documentos raros de más de 200 años y de importancia patrimonial que corren el riesgo de ser incendiados o dañados por bandidos», alertó Néard, para quien el ataque representa un duro golpe contra el pensamiento haitiano.

Los grupos armados también atacaron y saquearon los locales de la Escuela Nacional de las Artes y de la Escuela Normal Superior en la última semana. Unos actos que la Unesco condenó este miércoles en un comunicado.

«Estos actos de vandalismo (…) contra las instituciones de enseñanza del país tienen consecuencias devastadoras para el futuro de la sociedad haitiana», declaró la organización internacional.

Tras varios días de disminución de la violencia, las pandillas retomaron el lunes sus asaltos en varios barrios de Puerto Príncipe.

Estas bandas se unieron a finales de febrero para atacar lugares estratégicos de la capital, como sedes del gobierno, el aeropuerto, el puerto, comisarías y cárceles, en un pulso contra el impopular primer ministro Ariel Henry, y desde entonces han sumido a la ciudad en el terror.

Una transición compleja

Mientras las bandas campan a sus anchas, Haití, que no celebró elecciones desde 2016, intenta avanzar en su transición política.

Henry anunció el 11 de marzo que iba a renunciar y ceder el poder a un consejo presidencial de transición compuesto por representantes de partidos políticos, de la sociedad civil, del sector privado y las comunidades religiosas.

Pero más de tres semanas después, el país aún espera el nombramiento de ese consejo de nueve miembros, que se ha visto retrasado por desacuerdos internos y las supuestas dudas legales del gobierno saliente.

«El problema (…) es que hemos pasado dos años y medio con Ariel Henry, que no hizo nada, y ahora en dos semanas quieren que hagamos muchas cosas», se defendió el ex ministro Leslie Voltaire, representante del partido centroizquierda Fanmi Lavalas en el consejo, en una entrevista para la Afp.

«Había una cabeza (Henry) que no tenía voluntad política para combatir la inseguridad, la miseria del pueblo (…) y que ha dejado que la situación se pudriera», declaró sobre el deterioro de las condiciones de vida en Haití.

Voltaire culpó asimismo a la Comunidad del Caribe (Caricom), que supervisó las negociaciones haitianas, de haberse precipitado al exigir los nueve nombres del consejo -siete votantes y dos observadores- antes de que alcanzaran un acuerdo político entre ellos.

«Se empezó la casa por el tejado», criticó el ex ministro, que anunció sin embargo la publicación del decreto para la entrada en vigor del consejo el jueves, a más tardar.

Según él, las nuevas autoridades elegirán un primer ministro de aquí a una semana y, junto a él, nombrarán al gobierno que convocará elecciones en Haití.

La violencia pandillera obligó a más de 53 mil personas a huir de Puerto Príncipe entre el 8 y el 27 de marzo, agravando aún más la grave crisis humanitaria en el país.

Los haitianos tienen que lidiar cada día con la escasez de comida, medicamentos y otros productos básicos.

«La semana pasada, 10 farmacias de la capital fueron saqueadas, lo que vuelve aún más difícil el acceso a los medicamentos», alertó este miércoles la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH).

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