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Los peces del género Danionella están entre los más pequeños del mundo. Pero una de las especies de este género tiene una característica significativa: es extremadamente ruidoso. ¿Cuánto? Como un motor de reacción, aproximadamente.

Danionella cerebrumUna nueva investigación acaba de toparse con uno de los peces más ruidosos del mundo, Danionella cerebrum. Capaz de alcanzar los 140 decibelios (dB), lo que hace aún más llamativo el caso de esta especie es el contraste con su tamaño de tan solo 12 milímetros.

Los peces del género Danionella habitan en los ríos del sudeste asiático, en Myanmar y el noreste de la India, y no suelen superar por mucho los 12 mm de esta especie. Pertenecen a la familia de los ciprínidos (Cyprinidae), es decir, las carpas.

“Los peces (…) son generalmente considerados como miembros bastante callados del reino animal,” comentaba en una nota de prensa Ralf Britz, coautor del estudio. “Sin embargo, algunas especies de pez pueden ser sorprendentemente ruidosas.”

140 dB. Por poner la cifra en perspectiva, este es el ruido que puede generar un festival de música, un martillo hidráulico, o unos fuegos artificiales. O el motor de un avión a reacción despegando.

Es un volumen impresionante, pero queda lejos del de otras criaturas marinas de mayor tamaño, como los alféidos, un tipo de gamba capaz de generar sonidos de hasta 250 dB, semejante a la fuerza del canto de algunas ballenas. Entre los peces, el más chillón es la corvina llamada “del golfo” (Cynoscion othonopterus), capaz de superar los 175 dB.

Un pez transparente. D. cerebrum es un pez transparente, por lo que la tarea de ver lo que pasaba en su interior al producir sonidos resultaba relativamente fácil. A pesar de ello, el equipo examinó el “canto” de este pez combinando vídeo de alta velocidad con tomografía microcomputerizada y con un análisis genético, entre otras metodologías.

Así comprobaron que los machos de esta especie cuentan con un sistema bastante peculiar para hacer ruido. Cuentan para ello con un cartílago percutor, costillas especializadas, y un músculo capaz de moverse sin fatigarse.

Estos peces accionan su cartílago percutor contra la vejiga natatoria del animal, el órgano que regula la flotabilidad del animal, con una fuerza equivalente cercana a los 2 kg, explican los autores. Los detalles de su trabajo pueden consultarse en el artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

¿Para qué tanto ruido? La pregunta evidente es qué gana un pez tan pequeño haciendo tanto ruido. Lo cierto es que no lo sabemos del todo. Estos peces viven en aguas fluviales a menudo turbias, por lo que el sonido puede servir para suplir lo que la vista no puede indicar.

Tal y como explican los responsables del estudio, este instrumento de percusión interno puede servir a estos pececillos transparentes a encontrarse entre ellos. Especialmente podría servir a los machos para diferenciarse y competir por el interés de las hembras en un entorno donde la vista no pesa mucho.

Los investigadores admiten que habrá que seguir estudiando este animal y su curioso mecanismo de generar ruido. No tanto para averiguar su utilidad, sino por las implicaciones evolutivas que pueda tener, así como por poder enseñarnos nuevas cosas sobre los sistemas de locomoción de los vertebrados.

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