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Fueron menos de 24 horas las que pasó en su reciente y exprés visita a Reino Unido, tras anunciarse el diagnóstico de cáncer que padece el rey Carlos III, pero después del muy breve encuentro que tuvo con su papá (aseguran que no duró más de media hora y sin que su hermano William estuviera presente), el príncipe Harry regresó a Estados Unidos para jugar al “bufón” de la NFL en una gala en la que reconoció la labor de uno de sus jugadores estrella.

El príncipe Harry condecora a la ‘realeza’ estadounidense

En específico, el duque de Sussex, de 39 años, fue el encargo de entregar el reconocimiento más importante de la gala NFL Honors, que se llevó a cabo el jueves por la noche. De esta forma, Harry presentó el premio Walter Payton NFL Man of The Year al jugador de los Acereros de Pittsburgh, Cameron Heyward.

“Hay un hombre en especial a quien nos gustaría rendir homenaje en este momento. Un jugador que ha ido más allá y cuyo extraordinario compromiso para ayudar a los demás es un reflejo de su propia historia”, mencionó el príncipe Harry para llamar al escenario de Heyward, quien aceptó el reconocimiento de manos del hijo menor del rey de Inglaterra visiblemente emocionado.

Aunque nos queda claro en Reino Unido la figura del duque de Sussex pierde peso y vigencia cada día que pasa y que ni siquiera la Familia Real le da el lugar que por sus vínculos sanguíneos deberían otorgarle, en Estados Unidos resulta evidente que cada vez lo quieren y requieren más. Y si hace unos días fue reconocido como una leyenda viviente de la aviación, ahora la NFL lo invitó a una gala llevada el jueves por la noche en Las Vegas para entregar el premio más importante de la noche a Cameron Heyward por su labor humanitaria fuera de la cancha.

Lo interesante del caso es que ésta fue la oportunidad perfecta para que el príncipe Harry jugara al “bufón” para la NFL, organización que bien podría considerarse como parte de la realeza estadounidense, una sociedad que está acostumbrada a llevar al nivel de semidioses a los ídolos del deporte, la alta sociedad y la industria del entretenimiento.

En su esfuerzo por caer bien, el esposo de Meghan Markle (quien nuevamente brilló por su ausencia) inició su participación en la ceremonia con un discurso cargado de pretendido humor deportivo que buscaba poner la nota cómica a su presencia que, en otros contextos, sería de un tono más riguroso.

“Buenas noches, NFL. Es un honor estar con todos ustedes esta noche. Me encanta cómo nos robaron el rugby y lo hicieron suyo”, inició Harry con su monólogo antes de presentar el máximo premio de la gala. “En lugar de pasarlo hacia atrás, simplemente lo pasan hacia adelante. ¿Por qué no usar protecciones y casco? Por supuesto, tener ataque y defensa, eso tiene sentido. ¿Y por qué no tomar un respiro cada 15 segundos? ¿Y saben qué? En lugar de una temporada de 10 meses, hagámosla de 18 semanas. Genial”, bromeó el duque de Sussex.

Sin embargo, en un tono más serio, Harry habló sobre el importante papel que muchos de los jugadores de la NFL tienen figuras que inspiran a los jóvenes y sus comunidades, razón por la cual estaba ahí para entregar el reconocimiento a Cameron Heyward.

“Bromas aparte, todo lo que ustedes hacen dentro y fuera del campo es realmente notable. Ustedes son modelos a seguir para millones en la forma en que se comportan y en la forma en que retribuyen. Este premio final, el más alto honor, tiene como objetivo servir a su comunidad”, concluyó antes de que el jugador de Pittsburgh subiera al escenario y quedara maravillado con la presencia del príncipe Harry.

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