El Partido Cívico, una de las principales fuerzas prodemocracia de Hong Kong, cerró definitivamente su sede, al cabo de un procedimiento de autodisolución que Alan Leong, uno de sus fundadores, comenta aliviado y fatalista.
«Los tiempos cambiaron», dijo Leong a la AFP, en una de las varias entrevistas que concedió a lo largo del proceso de disolución.
Fundado en 2006, el Partido Cívico, apodado el «partido de los abogados», incluía juristas, académicos y otros profesionales que promovían la democratización de Hong Kong, llegando a ser el segundo mayor partido opositor del consejo legislativo.
Desde que China impuso una dura ley de seguridad nacional que acabó con la disidencia tras las masivas protestas prodemocracia de 2019 en Hong Kong, el Partido Cívico ha tenido tres miembros encarcelados, sus cargos electos perdieron sus escaños y un ex legislador figura entre las personas más buscadas de la ciudad.
Ante esa situación, en mayo el partido decidió autodisolverse.
En los últimos meses donó sus muebles de oficina y los altavoces de campaña y arrancó los recortes de diarios y emblemas partidistas de las paredes. Leong conservó solamente seis insignias de color verde y morado con la fecha 19.03.06, día de fundación del partido.
«Lo que sobró de esos pines iniciales es todo lo que tenemos», contó a la AFP.
Leong mencionó la «realidad política» de Hong Kong y la falta de dinero y moral entre las principales causas del cierre del partido.
«Nunca dudé de la capacidad de la gente de Hong Kong de gobernar Hong Kong, pero hay cosas que escapan a nuestro control», expresó.
«Algunos de nuestros legisladores siguen detenidos. Esa es la realidad. Eso también explica por qué estamos cerrando», dijo.
Resiliencia a prueba
Nacido de un grupo defensor de la reforma electoral, el Partido Cívico fue fundado por cuatro abogados que eran legisladores: Ronny Tong, Margaret Ng, Audrey Eu y Leong.
Reclutó a figuras de élite de distintas profesiones, como el ingeniero civil Albert Lai.
Hong Kong fue transferida de mando británico a China en 1997, con la promesa de Pekín de preservar sus libertades y la meta de tener dirigentes locales y legisladores electos democráticamente.
«Había pasado una década desde la transferencia de Hong Kong, pero Pekín no cumplió su promesa de sufragio universal en la ciudad (…) Eso fue lo que motivó la formación del partido», contó Lai a AFP.
En la actualidad, el jefe del ejecutivo de Hong Kong sigue siendo escogido por personas leales a China.
En 2004, China impuso más obstáculos a la reforma electoral, lo que alimentó una disputa ya en marcha sobre la «miniconstitución» de Hong Kong, y llevó a cientos de miles a manifestarse a favor de una mayor democratización.
«La resiliencia de Hong Kong ha sido probada al límite», escribió Ng en el manifiesto de fundación del partido.
En 2010, el partido colaboró con la Liga de Socialdemócratas para provocar unas elecciones parciales con la renuncia de cinco legisladores prodemocracia.
Los partidos dijeron que querían crear un referendo simbólico al permitir a los votantes demostrar su apoyo a la democratización, algo que China condenó como «inconstitucional».
Ronny Tong, un cofundador que abandonó el partido en 2015 para formar otro grupo, dijo estar alarmado en su momento por su «radicalización».
«Fue un acto de confrontación», señaló Tong, integrante del actual gabinete, a un medio progubernamental en junio. Lamentó entonces su papel en la fundación del partido.
Solo «patriotas»
La televisión estatal de Pekín llamó este año al partido una «organización desestabilizadora anti China».
Siete miembros del Partido Cívico han sido enjuiciados por dirigir las protestas democráticas, recaudar fondos para los manifestantes y participar en una primaria no oficial para escoger candidatos legislativos, algo que el gobierno de Hong Kong califica como crimen de seguridad nacional.
Para fines de 2021, todos sus miembros en los consejos legislativo y distrital de la ciudad habían sido removidos bajo la doctrina china de «patriotas», en la que cualquiera que sea considerado como políticamente desleal es separado de cargos públicos en Hong Kong.
Dennis Kwok, uno de los legisladores del Partido Cívico removido de su escaño, vive en el exterior y es buscado por «colusión», con una recompensa por un millón de dólares hongkoneses (128.000 dólares) sobre su cabeza. Con el cierre del partido y su renuncia como líder, Leong dice estar «aliviado porque puedo dejar ese fardo».
Sin embargo, señaló, «si llegara un momento en que profesionales o similares pudieran volver a servir en Hong Kong (…) estoy seguro de que nacerá otro partido».