Esta semana, el gobierno de Donald Trump inició lo que podría ser un polémico proceso de reelaboración del acuerdo comercial que rige los negocios en América del Norte, al iniciar con las audiencias sobre el Tratado México, Estados Unidos y Canadá que el presidente Trump promulgó en 2020 durante su primer mandato.
Agricultores, académicos, grupos comerciales y otras personas se reunieron el miércoles en un edificio gubernamental al sur del National Mall para el primero de tres días de audiencias donde compartirán su evaluación del acuerdo. Esperan dar forma a las prioridades del gobierno mientras se prepara para negociar con Canadá y México en los próximos meses.
Muchos de los participantes en la audiencia dijeron que el acuerdo comercial, que sustituye al Tratado de Libre Comercio de América del Norte y debe revisarse cada seis años, puede mejorarse. Pero también advirtieron al gobierno de Trump contra la adopción de medidas que podrían destruir los beneficios de un acuerdo comercial que ha permitido que muchos productos esenciales circulen sin aranceles por todo el continente.
“El objetivo primordial de la revisión y corrección debe ser mejorar la competitividad, no ponerla en peligro”, dijo David Gantz, miembro del Instituto Baker de Políticas Públicas, durante su testimonio el miércoles. Se refirió a una cita de la profesión médica como guía: “Primero, no hagas daño”.
Las declaraciones dejaban entrever cierta ansiedad entre muchas empresas y grupos comerciales ante la próxima negociación de un acuerdo comercial por parte de un presidente que a menudo se burla del libre comercio. La perspectiva de una retirada del acuerdo por parte de Estados Unidos ha preocupado a sectores industriales, como el automovilístico, el agrícola y el textil, que dependen del acuerdo comercial y han configurado sus negocios en torno a sus normas.
Información tomada de The New York Times







