Entre bloqueos, protestas, tensiones, descontento por parte de organizaciones y productores del sector agropecuario, la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento de la Cámara de Diputados avaló en lo general y en lo particular la Ley de Aguas sin mover una coma.
A pesar de que la oposición pidió suspender la dictaminación de la reforma y el voto en contra del PRI, PAN y dos abstenciones de MC. Remarcaron que no están a favor del centralismo absoluto de la Ley de Aguas, la cual le da “dientes”, queda ambiguo el tema de las concesiones del líquido.
El diputado panista Francisco Pelayo, advirtió que la reforma no viene acompañada de un presupuesto que permita dar «certidumbre a la Ley». Explicó que los productores del campo no estamos en contra de la reforma, sino del centralismo absoluto al ponerle “dientes” al dictamen.
“El artículo 49, que ahí añadieron una frase que dice, y la distribución interna, con lo que se pretende que las transferencias internas en los distritos de riego se puedan realizar conforme al reglamento que estos expidan. Pero luego hay una incongruencia. En el artículo 22 se estipula que los derechos amparados en las concesiones y asignaciones no serán objeto de transmisión. Queda ambigua y obviamente la interpretación del que esté sentado detrás de un escritorio”, externó.
En tanto, la diputada morenista Tatiana Ángeles aseguró que estarán cumpliendo con las demandas del pueblo de México. Señaló que la Ley de Aguas vigente, fue elaborada en 1992, fue trazada para que el agua fuera para unos “cuántos”, lo que permitió el acaparamiento, la sobreexplotación de los acuíferos y se instituyó un mercado negro que afecta a diversas regiones del país.
