La disputa legal entre el Paris Saint-Germain y Kylian Mbappé se intensificó este lunes, con ambas partes planteando exigencias económicas colosales.
El delantero francés y su antiguo club están en desacuerdo por unos supuestos salarios no pagados, y la disputa económica fue examinada por un tribunal laboral.
Mbappé, quien no asistió a la vista, afirmó anteriormente que el actual campeón de Europa le debía 55 millones de euros (63 millones de dólares). Ahora exige más de 260 millones de euros (301 millones de dólares) al club, argumentando que el PSG le debe ese dinero porque su contrato de duración determinada debería reclasificarse como indefinido. Dicha reclasificación daría lugar a una indemnización por despido improcedente, salarios impagados, bonificaciones e indemnización por despido.
También reclama una indemnización por acoso moral, trabajo no declarado e incumplimiento del deber de buena fe y seguridad del PSG hacia él.
“Kylian Mbappé no pide nada más allá de lo que establece la ley; simplemente busca el cumplimiento de sus derechos legales, como haría cualquier empleado”, afirmaron los asesores del jugador en un comunicado.
Por su parte, el PSG reclama al delantero un total de 440 millones de euros (510 millones de dólares), incluidos 180 millones de euros (208 millones de dólares) por la “pérdida de oportunidad” de completar su traspaso, ya que se marchó como agente libre tras rechazar una oferta de 300 millones de euros (348 millones de dólares) del club saudí Al Hilal en julio de 2023.
El PSG señaló en un comunicado que también quiere una indemnización por incumplimiento de buena fe tanto en las negociaciones como en el cumplimiento del contrato, así como por daños a su reputación e imagen.
Se espera que el tribunal dicte su fallo el próximo mes.
El PSG argumentó que cuando Mbappé fue apartado del equipo antes de la temporada 2023-24, tras su decisión de no renovar su contrato, existía un acuerdo verbal con él por el que renunciaba a sus bonificaciones a cambio de volver al equipo.
“Ante el tribunal, el club presentó pruebas que demostraban que el jugador actuó de forma desleal al ocultar durante casi 11 meses, entre julio de 2022 y junio de 2023, su decisión de no renovar su contrato, privando así al club de cualquier posibilidad de organizar un traspaso”, dijo el PSG en un comunicado.
“A continuación, el jugador impugnó un acuerdo celebrado con el club en agosto de 2023, que preveía una reducción salarial en caso de que decidiera marcharse como agente libre, con el fin de preservar la estabilidad financiera del club tras la excepcional inversión realizada”.







