Las cuestiones comerciales, tensiones geopolíticas y el clima extremo son parte de los riesgos que ve la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para la economía mexicana el siguiente año, de acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) 2026.
El estimado oficial es que el siguiente año, la economía mexicana crezca entre 1.8 y 2.8%, con una inflación dentro del rango objetivo del Banco de México (Banxico) de 3 +/-1 por ciento.
“El entorno macroeconómico para el 2026 se encuentra sujeto a riesgos que podrían modificar las estimaciones anteriores”, destacó Hacienda, que para este 2025 tuvo que mover su expectativa de crecimiento a un rango entre 0.5 y 1.5 por ciento.
En total, son siete los riesgos que listó la dependencia a cargo de Édgar Amador Zamora.
El primero es la persistencia o intensificación de la incertidumbre en torno a la política comercial global. Desde este año, los cambios en acuerdos y regulaciones han generado tensiones que podrían derivar en disrupciones en las cadenas de valor, afectando directamente la actividad económica nacional.
En ese contexto, el proceso de revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) representa otro foco de atención. Un deterioro en las negociaciones podría aumentar la incertidumbre jurídica y comercial, con posibles consecuencias negativas para el sector exportador, uno de los motores clave del crecimiento mexicano.
El tercer riesgo identificado es un endurecimiento de las condiciones financieras internacionales. Tasas de interés elevadas y mayor volatilidad en los mercados podrían surgir como respuesta a nuevas presiones inflacionarias, muchas de ellas vinculadas a cambios en la política comercial o tensiones geopolíticas.
Respecto a las tensiones geopolíticas, Hacienda detalló que éstas tendrían un impacto sobre los precios internacionales de materias primas, así como una mayor inestabilidad financiera global.
La Secretaría de Hacienda también considera a los fenómenos climáticos extremos como riesgo para la economía, debido a una afectación a las actividades primarias, manufactureras e infraestructura, además de que podrían tener una afectación en los precios.
Estados Unidos y disrupciones
Otros dos riesgos para la economía mexicana que ve Hacienda tienen que ver con Estados Unidos y disrupciones en las cadenas de valor el siguiente año.
En el caso de Estados Unidos, el riesgo viene si el país vecino del norte –y principal socio comercial de México– no crece a la tasa esperada.
De acuerdo con el marco macroeconómico presentado en los CGPE 2026, se prevé que el vecino del norte crezca 1.9% el siguiente año.
Un menor dinamismo económico en Estados Unidos podría tener efectos negativos sobre las exportaciones mexicanas, el turismo, así como el flujo de remesas, el cual se podría reducir en 13% el siguiente año, de acuerdo con el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por su sigla en inglés).
Por último, el gobierno federal pone como riesgo que surjan nuevas disrupciones en las cadenas globales de suministro, ya sea por choques logísticos, bloqueos marítimos o restricciones a insumos críticos con impactos en la producción manufacturera.
Lo que llevaría al alza
En el otro extremo, la dependencia indicó que, de disiparse la incertidumbre en torno a la política comercial, así como un avance favorable en la revisión del T-MEC, ayudaría a que la economía mexicana reporte un mejor desempeño, gracias a que esto ayudaría a reactivar proyectos de inversión.
Asimismo, de consolidarse los proyectos de infraestructura productiva, esto detonaría un mayor dinamismo económico regional, así como las cadenas productivas locales.
Otro factor que podría impulsar la actividad económica es un impacto positivo de las nuevas políticas comerciales de Estados Unidos en sectores de alta integración regional.
Si estas medidas favorecen la demanda de exportaciones mexicanas –especialmente en manufactura, automotriz y electrónica– México podría capitalizar su posición estratégica en América del Norte, consolidando su papel como socio clave en las cadenas de valor regionales.
Además, una mayor diversificación de los mercados de exportación, con una inserción más decidida de productos de alto valor agregado, podría fortalecer la resiliencia externa del país.
Otro factor con potencial alcista es la posibilidad de que las condiciones financieras se tornen más favorables, en caso de que la relajación monetaria en economías avanzadas sea mayor a la anticipada. Una reducción en el costo del crédito podría detonar mayor inversión privada y dinamizar el consumo interno.
En ese mismo sentido, la consolidación del Plan México –con incentivos fiscales y financieros implementados desde este año– podría convertirse en un motor de crecimiento más potente de lo previsto, especialmente si logra articularse con proyectos de infraestructura y desarrollo regional.
Riesgos que harían crecer menos al país en el 2026
- Persistencia o intensificación de la incertidumbre por las políticas comerciales.
- Deterioro en el proceso de revisión del T-MEC.
- Endurecimiento de las condiciones financieras.
- Escalamiento de las tensiones geopolíticas.
- Mayor frecuencia o intensidad de fenómenos climáticos extremos.
- Desempeño económico de EU por debajo de lo previsto.
- Nuevas disrupciones en las cadenas globales de suministro.