Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este lunes que espera reunirse nuevamente con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un al tiempo que lanzó un ataque extraordinario contra el mandatario de Corea del Sur, Lee Jae-myung, al que recibió en la Casa Blanca.

Horas antes de que Lee llegara para su muy planificada primera visita a la Casa Blanca, Trump denunció en redes sociales lo que dijo era una «purga o revolución» en Corea del Sur, aparentemente por allanamientos que involucran iglesias.

Cuarenta minutos después de comenzada una reunión en la Oficina Oval en la que Lee elogió profusamente a Trump, el líder estadunidense descartó su propia y contundente crítica, al señalar: «Estoy seguro de que es un malentendido» ya que «hay un rumor circulando».

Trump aseveró que creía estar en la misma línea que Lee respecto a Corea del Norte, un progresista que apoya la diplomacia sobre la confrontación.

Lee, un abogado que defendía derechos laborales y que ha criticado al ejército estadunidense en el pasado, inmediatamente halagó a su anfitrión y resaltó que Trump ha convertido a Estados Unidos «no (solo) en un guardián de la paz, sino en un hacedor de paz».

«Espero con ansias su reunión con el presidente Kim Jong-Un y la construcción de (una) Trump Tower en Corea del Norte, y jugar al golf allí», le dijo Lee.

Kim «le estará esperando», aseguró Lee a Trump.

El mandatario sudcoreano fue elegido en junio tras la destitución de Yoon Suk Yeol, de postura más beligerante, quien brevemente impuso la ley marcial en el país.

Trump, quien se reunió con el norcoreano Kim tres veces durante su primer mandato, elogió su relación y expuso que lo conocía «mejor que nadie, casi, excepto su hermana».

Trump afirmó que Corea del Norte ha estado disparando menos cohetes desde que regresó a la Casa Blanca el 20 de enero.

Pero Kim ha forjado una relación cercana con Rusia, con envío de tropas para luchar contra Ucrania, y se ha negado a desmantelar el programa nuclear de Corea del Norte.

El nuevo presidente sudcoreano viene a Washington en busca de acuerdos sobre temas comerciales y a dialogar sobre la estrategia a adoptar frente a Corea del Norte, cuyo líder supervisó el sábado pruebas de misiles de defensa antiaérea, según la agencia oficial KCNA.

Lee habló con Trump a través de un intérprete, lo cual cambió el ritmo del estadunidense, quien no duda en pelear con sus invitados.

Trump dejó claro que presionaría fuertemente por una mayor compensación por parte de Seúl por los 28 mil 500 soldados estadunidenses estacionados en la parte sur de la península. Sugirió que Estados Unidos podría querer tomar el control de las tierras donde está su base militar, una idea que probablemente enfurecería a los compañeros de Lee en la izquierda sudcoreana.

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