Durante el verano es habitual ver al 1% más rico del planeta disfrutar del mar y el sol a bordo de inmensas mansiones flotantes con forma de superyates que fondean cerca de destinos paradisíacos como las costas de Baleares o las islas del Caribe.
Bill Gates no es muy dado a los paseos en barco, por lo que no es un habitual de las cubiertas de esos superyates. De hecho, el fundador de Microsoft nunca ha reconocido ser propietario de uno, como sí han hecho Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Larry Ellison e incluso Amancio Ortega.
Sin embargo, eso no ha sido impedimento para que se le atribuya la propiedad de uno de los superyates más avanzados y caros del mundo: el Breakthrough, el primer superyate ecológico impulsado por una pila de hidrógeno que ahora se pone a la venta por 645 millones de dólares.

Bill Gates y un superyate que nunca ha pisado
Desde que el Breakthrough salió del astillero que el fabricante Feadship tiene cerca de Ámsterdam en octubre de 2024, su nombre ha estado vinculado al de Bill Gates. Eso tiendo en cuenta que ni el millonario ni el fabricante han confirmado en ningún momento su propiedad, y al millonario nunca se le ha visto pasear por sus cubiertas, por lo que no existen evidencias de que Bill Gates sea realmente el dueño del Breakthrough.
Dicho esto, es fácil de imaginar el motivo por el que se vincula a este de palacio flotante con el milmillonario fundador de Microsoft. Su precio de venta hace poco menos de un año fue de 645 millones de dólares, por lo que el barco quedaba limitado a unas pocas fortunas que pudieran asumir semejante coste, y su posterior mantenimiento.
Por otro lado, el compromiso de Gates con el desarrollo de energías limpias y proyectos innovadores podría hacer intuir que este innovador yate podría tratarse de una de las iniciativas sostenibles del magnate. Sin embargo, a día de hoy, no es posible confirmar que el Breakthrough sea uno de los caprichos de Gates.
El primero impulsado por hidrógeno
Más allá de su espectacular diseño y dimensiones, el mayor reto para Feadship fue desarrollar el sistema propulsión del Breakthrough. En lugar de los motores diésel convencionales, el que fuera conocido como Project 821 se basa en un sistema de celdas de hidrógeno líquido almacenado a temperaturas criogénicas inferiores a -253 grados Celsius.
Esta tecnología requiere un manejo y diseño de mucha precisión para garantizar la seguridad y la eficiencia debido a la alta volatilidad del hidrógeno. La sala de máquinas sobresale porque, para acomodar los sistemas de almacenamiento, conversión y gestión del hidrógeno, se requiere mucho más espacio que en los sistemas de propulsión convencionales.
Todo el sistema eléctrico del yate, desde la propulsión hasta la iluminación y el aire acondicionado del barco, se alimenta con la electricidad generada por este combustible limpio, dejando agua como único residuo.
Este tipo de sistema es pionero en el sector náutico y representa para muchos expertos un verdadero avance y una referencia en cuanto a innovación en el transporte marítimo. Jamie Edmiston, director ejecutivo de la empresa gestora de yates que lo tiene a la venta, dijo en un comunicado recogidopor Fortune que el Breakthrough es «el yate más extraordinario jamás construido y el que lo cambiará todo».

Un palacio flotante en un mar de lujos
Además de ser el primero en incorporar una tecnología más silenciosa y sostenible con el medio ambiente, el Breakthrough no ha descuidado el lujo y la exuberancia que reclaman los usuarios de este tipo de barcos.
Este superyate tiene 118,8 metros de eslora y 19 metros de manga (ancho). Dispone de 15 cabinas de lujo con capacidad para hasta 30 invitados, y espacio para alojar a los 44 tripulantes que garantizan una atención personalizada las 24 horas.
De acuerdo a lo publicado por Forbes Australia, entre sus comodidades destacan cinco cubiertas sobre la línea de flotación y dos más bajo ella, comunicadas con un ascensor interior que facilita el acceso. Otra particularidad es que desde su casco se despliegan 14 balcones que dejan una vista panorámica desde los camarotes. La cubierta principal sobre el puente es, básicamente, un apartamento con dos dormitorios, dos baños, vestidores, gimnasio privado, despensa, dos oficinas con chimenea y sala de estar.
Además, está equipado con un hospital completo para emergencias médicas, una biblioteca con colecciones selectas, cine privado, piscina y jacuzzi y gimnasio totalmente equipado.
Los diseñadores del estudio británico de Redman Whiteley Dixon utilizaron una paleta de colores neutros claros, mármol, ratán, madera de eucalipto ahumado y detalles en roble para crear un ambiente de lujo y exclusividad. Todo por el módico precio de 645 millones de dólares.