Hoy es 25 de Mayo de 2025, Chihuahua, MX.

Hongos causantes de infecciones, que son responsables de millones de muertes al año, se extenderán significativamente a nuevas regiones a medida que el planeta se caliente, según prevé una nueva investigación, y el mundo no está preparado.

Los hongos están en todas partes. Son un vasto reino de organismos, desde el moho hasta las setas, y crecen en entornos como el suelo, el compost y el agua. Desempeñan un papel importante en los ecosistemas, pero pueden tener un impacto devastador en la salud humana: se calcula que las infecciones fúngicas matan a 2,5 millones de personas al año, y la falta de datos significa que esa cifra podría ser mucho mayor.

Sin embargo, aún estamos muy lejos de comprenderlos, sobre todo cómo responderán estos organismos increíblemente adaptables al calentamiento del clima.

Un equipo de científicos de la Universidad de Manchester utilizó simulaciones y previsiones por computadora para trazar un mapa de la posible propagación futura de Aspergillus, un grupo común de hongos que se encuentra en todo el mundo y que puede causar aspergilosis, una enfermedad potencialmente mortal que afecta principalmente a los pulmones.

Descubrieron que ciertas especies de Aspergillus ampliarán su área de distribución a medida que se intensifique la crisis climática, adentrándose en nuevas zonas de Norteamérica, Europa, China y Rusia. El estudio, publicado este mes, está siendo revisado por expertos.

“Los hongos están relativamente poco estudiados en comparación con los virus y los parásitos, pero estos mapas muestran que es probable que los patógenos fúngicos afecten a la mayoría de las zonas del mundo en el futuro”, afirma Norman van Rijn, uno de los autores del estudio e investigador sobre cambio climático y enfermedades infecciosas en la Universidad de Manchester.

La popular serie de televisión de la HBO “The Last of Us”, que sigue a personas que intentan sobrevivir en un mundo en el que un hongo mutante infeccioso ha convertido a la mayoría de la población en monstruos violentos, ha atraído la atención sobre este campo. (HBO y CNN comparten la misma empresa matriz, Warner Bros. Discovery).

De acuerdo con van Rijn, se trata de ficción, pero espera que sirva para dar a conocer las infecciones fúngicas que matan a millones de personas en la realidad.

Los hongos Aspergillus crecen como pequeños filamentos en suelos de todo el mundo. Como casi todos los hongos, liberan enormes cantidades de diminutas esporas que se propagan por el aire.

Los seres humanos inhalan esporas todos los días, pero la mayoría de la gente no experimenta ningún problema de salud; su sistema inmunitario las elimina.

La situación es distinta para quienes padecen afecciones pulmonares como asma, fibrosis quística y EPOC, así como para las personas con sistemas inmunitarios debilitados, como los enfermos de cáncer y los pacientes con trasplantes de órganos, y quienes han padecido una gripe grave o covid-19.

Si el sistema inmunitario del organismo no consigue eliminar las esporas, el hongo “empieza a crecer y, básicamente, a devorarte desde adentro hacia afuera, por decirlo sin rodeos”, afirma van Rijn.

La tasa de mortalidad de la aspergilosis es muy alta, entre el 20 % y el 40 %. También es muy difícil de diagnosticar, ya que los médicos no siempre la tienen en su radar y los pacientes suelen presentar fiebre y tos, síntomas comunes a muchas enfermedades.

Además, los hongos patógenos son cada vez más resistentes al tratamiento, añadió van Rijn. Solo se dispone de cuatro clases de antifúngicos.

Todo esto son malas noticias, ya que los cambios climáticos abren nuevas zonas para que colonice el Aspergillus.

Según el estudio, Aspergillus flavus, una especie que tiende a preferir los climas tropicales más cálidos, podría aumentar su propagación en un 16 % si los seres humanos siguen quemando grandes cantidades de combustibles fósiles. Se prevé que se introduzca en partes del norte de América, el norte de China y Rusia.

Esta especie puede causar infecciones graves en humanos y es resistente a muchos medicamentos antifúngicos. También infecta diversos cultivos alimentarios, lo que supone una amenaza potencial para la seguridad alimentaria. La Organización Mundial de la Salud añadió a Aspergillus flavus a su grupo crítico de patógenos fúngicos en 2022 por su impacto en la salud pública y su riesgo de resistencia a los antifúngicos.

Se prevé que Aspergillus fumigatus, que prefiere climas más templados, se extienda hacia el Polo Norte, a medida que aumenten las temperaturas globales. De acuerdo con el estudio, su propagación podría aumentar un 77,5 % de aquí a 2100, lo que podría exponer a 9 millones de personas en Europa.

Por el contrario, las temperaturas en algunas regiones, incluida el África subsahariana, podrían llegar a ser tan cálidas que dejarían de ser hospitalarias para los hongos Aspergillus. Esto podría acarrear sus propios problemas, ya que los hongos desempeñan un papel importante en los ecosistemas, incluidos los suelos sanos.

Además de ampliar su área de crecimiento, el calentamiento del planeta también podría aumentar la tolerancia de los hongos a la temperatura, lo que les permitiría sobrevivir mejor dentro del cuerpo humano.

Fenómenos meteorológicos extremos, como la sequía, las inundaciones y las olas de calor, también pueden afectar a los hongos y contribuir a la propagación de esporas a grandes distancias. Ha habido picos de enfermedades fúngicas tras catástrofes naturales, como el brote que siguió al tornado de 2011 en Joplin, Missouri.

El nuevo estudio sobre Aspergillus “arroja luz sobre la amenaza de los hongos que habitan en nuestro entorno natural y sobre lo poco preparados que estamos para hacer frente a los cambios en su prevalencia”, afirmó Elaine Bignell, codirectora del Centro MRC de Micología Médica de la Universidad de Exeter, que no participó en la investigación.

Sin embargo, aún quedan muchas incógnitas por despejar y todavía queda mucho por investigar, dijo a CNN.

A pesar de la naturaleza mortal de la aspergilosis, hay una verdadera falta de datos sobre dónde se encuentra el patógeno en el medio ambiente y quién se infecta, dijo Justin Remais, profesor de ciencias de la salud ambiental en la UC Berkeley, que no participó en la investigación.

Dirige un estudio de más de 100 millones de pacientes en todo Estados Unidos, que identificó más de 20.000 casos de aspergilosis entre 2013 y 2023. El número de casos está aumentando alrededor del 5 % cada año, dijo.

“Los patógenos fúngicos se están volviendo cada vez más comunes y resistentes al tratamiento, y solo estamos empezando a entender cómo está contribuyendo el cambio climático”, dijo a CNN.

La gente está acostumbrada a oír hablar de enfermedades causadas por bacterias, virus y parásitos, pero mucho menos de enfermedades fúngicas, dijo Bignell. “Hay una necesidad desesperada de revertir esta tendencia dada su letalidad”, afirmó.

“Cualquiera de nosotros en el futuro podría verse afectado”.

Con información de CNN

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