Belén. Cientos de fieles se congregaron este martes en torno a la iglesia de la Natividad en la localidad palestina de Belén, que se prepara para otra Navidad apagada, sin grandes festejos debido a la guerra en Gaza.
Las autoridades locales decidieron por segundo año consecutivo suspender las grandes celebraciones públicas y en la Plaza del Pesebre no hay ni decoraciones ni el tradicional árbol de Navidad gigante, un reflejo del ánimo sombrío de sus habitantes desde que estalló la guerra entre Israel y Hamas en Gaza.
En el Vaticano, el papa Francisco inaugurará este martes el Año Santo 2025, el gran peregrinaje internacional para el cual se esperan más de 30 millones de fieles de todo el mundo en Roma.
En esta Nochebuena, a las 19H00 (18H00 GMT), en presencia de unas 30 mil personas y con transmisión a todo el mundo, el jesuita argentino abrirá la Puerta Santa de la basílica de San Pedro del Vaticano, simbolizando la inauguración de este Jubileo «ordinario».
Después presidirá la misa de Nochebuena en la basílica de San Pedro, una ocasión en la que el pontífice aprovecha para llamar la atención sobre los conflictos en el mundo.
El fin de semana las declaraciones de Francisco que calificó de «crueldad» los bombardeos israelíes en Gaza generaron críticas del gobierno de Israel.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reportó el lunes «algunos progresos» en la negociación para un acuerdo sobre los rehenes retenidos en la Franja de Gaza desde el ataque sin precedentes del movimiento palestino Hamás en octubre de 2023, una de las condiciones para un alto el fuego en el territorio palestinos.
En Belén, unos pocos vendedores de café y de maíz esperan algún cliente en la plaza de la Natividad, que está en el centro de la localidad palestina donde según la tradición cristiana nació Jesucristo.